Considero que la escuela ideal se aplica para todos los niveles de educación, sin perder el sentido que la escuela debe ser un lugar de seguridad, que lamentablemente no siempre lo es.
En estos momentos de pandemia, de distanciamiento físico social, cada lugar o espacio se debe de transformar como un tiempo (horario) y un sitio virtual.
Estimo tres espacios claves para el desarrollo de habilidades emocionales: el espacio de juegos, el lugar de conversación y el templo de meditación.
El lugar de conversación sería un centro de ayuda voluntaria, donde van los que necesita ayudan, los que están presto a ayudar, o ambas cosas. Cada uno libremente puede escoger a quien acercarse y compartir sus preocupaciones, aflicciones o entusiasmos; pudiendo formarse grupos o parejas, en el caso de las parejas podrían disponer de cabinas de paredes transparentes bipersonales, para tener mayor privacidad sin perder seguridad.
El templo de meditación, es un espacio silencioso, donde cada uno podría llevar la imagen portátil o en papel de su Dios, luna, cruz, gente, mar, tierra, cielo, mundo o universo. Muy necesario en cualquier momento, especialmente en momentos de confusión o crisis interna.
El docente formaría parte de manera espontánea de estos espacios, además dispondría del área de encuentro docente para interactuar libremente con sus colegas.
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