16 enero 2021

Cómo mejorar el aprendizaje y nuestra salud mental


Escribo estas líneas para recomendar dos cursos “Aprendiendo a aprender” y “Transforma tu mente”:

En muchas oportunidades he seguido cursos y lecturas sobre el “aprender a aprender”; pero en los cursos que he referido se da un enfoque distinto, sencillo, útil y muy bien sustentado.

Lo que más me ha impactado son los beneficios que brinda la aplicación de las recomendaciones del curso, principalmente es el mejorar o mantener la salud mental. Tanto las actividades físicas como las cognitivas son “gobernadas” por el funcionamiento de nuestras neuronas. Si bien es cierto que nuestras neuronas mueren, también es verdad, según los últimos descubrimientos de la neurociencia, que nuestro cuerpo sigue produciendo neuronas; pero para que no mueran tienen que ser utilizadas y eso sucede cuando afrontamos dificultades o retos, en tanto nuestro cerebro se activa de manera especial buscando las soluciones.

Otro aspecto bastante obvio, y también interesante, son los procedimientos, técnicas o métodos de aprendizaje que contiene el curso.

En forma sencilla, expone dos formas en que desplegamos nuestra actividad mental, fundamentalmente en el proceso de aprendizaje: un pensamiento enfocado y otro difuso. El modo enfocado requiere de concentración, esfuerzo y, en promedio, se puede sostener por 25 minutos en forma continua. Por el contrario, el pensamiento difuso es relajado, nuestra mente se distrae, se dispersa, descansa o hace las cosas que nos agrada; si nos quedamos atrapado en ella podemos caer en la procrastinación, es decir, perdemos tiempo. En el modo enfocado somos como una computadora, en el modo difuso somos un Adan en el paraíso, un hombre sin preocupaciones. En el modo enfocado trabajamos mucho con la memoria, de corto y largo plazo; en el modo difuso afluye la creatividad.

La forma de aprender y usar las herramientas mentales son como los ciclos de entrenamiento en donde combinamos actividades en forma sistemática.

Al iniciar nuestra jornada de estudio es aconsejable comenzar con lo más agotador: el modo enfocado; concentrarse en la tarea o estudio durante 25 minutos; después, tomarse un pequeño descanso, relajarse, cambiar de actividad, para luego regresar a la concentración. Esas horas continuas que tomamos para el estudio son como ciclos cortos de aprendizaje, que con la ayuda de un temporizador, llamado técnica pomodoro en el curso, nos permite gestionar mejor nuestro entrenamiento.

En los ciclos de mediano plazo utilizas un horario de trabajo y en los ciclos de largo plazo diseñas tu plan de vida, siempre mezclando concentración y relajamiento, memoria y creatividad; teniendo en cuenta que no se aprende de un día para otro, sino que el aprendizaje es un proceso continuo con mucha persistencia.

Cualquiera de los métodos o técnicas hay que utilizarlo con inteligencia y adecuándolo a nuestras necesidades o características personales.

Es inevitable y necesario el reto, el temor, el esfuerzo; pero también la exploración, el relajamiento y la vida social. ¿Cómo lo conjugamos?