De la identidad digital a la construcción de una comunidad de aprendizaje basado en una comunidad de práctica. Esto es lo que se vislumbra, de la experiencia vivida hasta la fecha, del curso “Entorno Personal de Aprendizaje para la profesionalización docente” organizado por el Ministerio de Educación del Gobierno de España. De seguro muchos maestros y entidades educativas están dedicados a un trabajo similar para cambiar o desarrollar, la educación en su comunidad, en su país y en la humanidad.
Particularmente, luego de que cada participante del curso ha perfeccionado o pulido su identidad digital, pasamos a una actividad encaminada a construir, fortalecer y/o embellecer, nuestra red social de aprendizaje, nuestro PLE. Actividad muy bien planificada, porque al finalizar la actividad cada quien descubrió su aprendizaje o evidenció sus conocimientos. Partiendo del principio de lo simple a lo complejo, analizando cuentas Twitter, individualmente se ha explorado el hilo y las redes construidas en varios docentes o instituciones educativas, y hemos sabido, por el mismo Twitter, la información que al respecto se ha compartido, transitando, como dicen los organizadores, de docentes conectados a docentes en-red(ados).
La experiencia es completa, se desarrolla haciendo, la competencia docente y la competencia digital; adoptando, practicando, perfeccionando, diferentes procedimientos o técnicas, especialmente referido al uso del Twitter con un enfoque pedagógico. Si consideramos la parte conceptual se va adquiriendo, repasando y/o mejorando diferentes definiciones o constructos, como trabajo colaborativo, aprendizaje en red, coevaluación, rúbricas, hipertextos, etc. En el aspecto actitudinal ha significado poner voluntad, tolerancia, valoración y estimación con quienes nos vamos encontrando en los diferentes caminos de la red e interactuando de pasada o deteniéndonos, cuando sentimos la necesidad de recibir y/o dar, de compartir emociones similares, agradeciendo al experto y alentando al par o al novato.
La evaluación que hemos realizado también ha sido una vivencia muy significativa, confirmando que es parte del proceso de aprendizaje, aún más en la modalidad de coevaluación. Al evaluar al compañero nos apreciamos nosotros mismos, identificamos también, al contrastar otras experiencias, nuestras fortalezas y debilidades: ¿Qué nos faltó?, ¿qué otras opciones pudimos manejar?, ¿qué elementos nos distingue?, etc. De esta forma, para futuras tareas similares, es posible hacer mejores trabajos o aportar, como lo hicieron muchos colaboradores, para mejorar la calidad de la producción individual y colectiva.
Los principiantes nos vamos convirtiendo en protagonistas de nuestro aprendizaje en un entorno virtual, con las características que exige un PLE y que muy bien lo identifica Silvia Andreoli (2013) en “Ambientes personalizados de aprendizaje”: identidad digital, participación, autonomía, compromiso, responsabilidad y metacognición.
Finalmente, esta experiencia es completamente concordante con la propuesta de Linda Castañeda Quintero y Jordi Adell Segura (2011), planteado en “El desarrollo profesional de los docentes en entornos personales de aprendizaje (PLE)”. La idea principal es que la profesionalización docente se logra participando en la construcción, reflexión y discusión de experiencias de innovación, probando nuevas estrategias, trabajando juntos (expertos y novatos) y fundamentalmente investigando su propia práctica.
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